BENDICIÓN IRLANDESA

Que los caminos se abran a  tu encuentro,

que el sol brille sobre tu rostro,

que la lluvia caiga suave sobre los campos,

que el viento sople siempre a tu espalda.

Que guardes en tu corazón con gratitud

el recuerdo más precioso

de las cosas buenas de la vida.

Que todo don de Dios crezca en tí

y te ayude a llevar las alegrías 

s los corazones de cuantos amas.

Que tus ojos reflejen un brillo de amistad,

gracioso y generoso como el sol, 

que sale entre las nubes

y calienta el mar tranquilo.

Que l fuerza de Dios te mantenga irme,

que los ojos de Dios te miren,

que los oidos de Dios te oigan,

que la Palabra de Dios te hable,

que la mano de Dios te proteja

y que, hasta que volvamos a encontrarnos,

otro te tenga,  nos tenga a todos, 

en la palma de su mano.

EMAUS

DOMINGO III DEL TIEMPO DE PASCUA CICLO A

Domingo 26 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- Recordemos unas preguntas básicas del Catecismo: ¿Qué es ser cristiano? –Ser cristiano es ser discípulo de Cristo. – ¿Qué es ser discípulo de Cristo? – Es conocer, amar y seguir a Cristo.

          Por lo tanto, ser cristiano no es cumplir unas normas, creer en unas enseñanzas, cumplir unas prácticas piadosas… Es creer en Jesús, creer que Jesús es la manifestación visible del Amor de Dios a los hombres, es creer que Dios es un Padre Bueno que nos ama con un Amor infinito que se hace concreto en todas las situaciones de nuestra vida para que aprendamos a amar como Él nos ama.

          2.- Todo esto es lo que nos enseña el pasaje del Evangelio de hoy.

++Unos discípulos desengañados, tristes, desesperanzados, considerando un fracaso el proyecto de Jesús, huyen de la comunidad como queriendo olvidar todo lo que han vivido junto a Jesús.

++Jesús les sale al encuentro y a lo largo del camino, Él mismo les explica como la Sagrada Escritura nos relata y enseña que Dios Ama a los hombres liberándoles de la esclavitud, iluminando su camino, defendiéndoles de los enemigos, protegiéndoles de todos los males, enseñándoles a vivir en paz y unidos como una Gran Familia, como Pueblo elegido por Dios.

++Que Dios ama y perdona siempre, aunque los hombres se aparten de El repetidamente y se olviden de que sólo Él es su Salvador, protector, defensor…

++Sentados a la mesa con Él, le reconocen al partir y repartir el Pan y vuelven corriendo a encontrarse con el resto de discípulos, con la comunidad, para compartir la experiencia de su encuentro con Jesús Resucitado y así entre todos reforzar su fe en Él.

          3.- Así ocurre en nuestra vida.

++Jesús sale a nuestro encuentro en el camino de la vida y le reconocemos cuando, iluminados por su Palabra, que hemos de escuchar atentamente, recordamos tantas ocasiones en las que hemos experimentado el Amor sin límites de Dios que, aunque nos apartemos de Él, cuando volvemos siempre está dispuesto al perdón, a la misericordia, porque nos conoce, nos comprende y nos ama como somos.

++Le reconocemos en la Eucaristía cuando Jesús se convierte en Pan, se parte y se reparte para que lo comamos y nos convirtamos en Él, se hace una misma cosa con nosotros, nos hace partícipes de su misma Vida con la exigencia de vivir y amar como Él vivó y amó.

++Compartir y celebrar nuestra fe con la Comunidad nos fortalece, nos anima, aumenta nuestra alegría y nos empuja con fuerza a vivir como discípulos de Jesús deseosos de anunciar su mensaje de amor y de esperanza a toda la humanidad porque estamos convencidos de que esa es la manera de construir un mundo nuevo en el que el Reinado de Dios sea la garantía de la libertad, la justicia y la paz permanentes.

          3.- Procuremos aprovechar todas las ocasiones de encontrarnos con Jesús para sentir que nos ama con amor infinito, para que iluminados por su Palabra y alimentados con su Pan nuestra fe en Él se haga más fuerte y nuestro compromiso de amar y construir el Reino sea cada día más exigente. Somos enviados, somos misioneros.

          Tengamos la seguridad de que no estamos solos. Jesús se comprometió a acompañarnos y estar con nosotros todos los días de nuestra vida.

ENCUENTROS

DOMINGO II DE PASCUA CICLO A

Domingo 19 d Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- La fe de los discípulos en Jesús Resucitado era muy débil. Tenían miedo, dudas, prejuicios. Estaban anclados en sus ideas distintas sobre el Reino del que hablaba Jesús. Necesitaron muchos encuentros con Jesús resucitado para que su fe se fuera fortaleciendo y se fueran convenciendo de que era verdad que Jesús estaba vivo, estaba con ellos, podían hablar con Él, tocarlo y siempre les regalaba paz y alegría.

          Poco a poco esos encuentros con Jesús les fueron abriendo la inteligencia y el corazón para que entendieran las Escrituras, para ser conscientes de que ellos eran los que podían hablar con autoridad de lo que sabían de Jesús porque habían sido testigos de todo: de su vida, de su muerte, de su resurrección. Y que ser testigos y contar a todo el mundo lo que sabían y habían vivido era el encargo que Jesús les hacía.

          Tomás es el ejemplo más claro de lo que sentían todos los discípulos y sobre todo el más tozudo, hasta que cayó derrodillas ante Jesús y le reconoció Resucitado, como su Dios y Señor.

          2.- Nosotros somos como aquellos primeros discípulos. Nuestra fe es débil y necesitamos muchos encuentros con Jesús, tanto personales como junto con la comunidad.

++Encuentros personales con Jesús a través de la oración, la escucha de la Palabra, la celebración de los Sacramentos especialmente la Eucaristía y la Confesión.

++Encuentros con Jesús cuando nos reunimos con nuestra comunidad para orar juntos y compartir lo que la Palabra nos ha dicho a cada uno, celebrar la Eucaristía como una Fiesta en la que el Señor fortalece nuestra fe y ensancha nuestro corazón al convertirse en Pan para que lo comamos y hacerse una misma cosa con nosotros y hacernos capaces de Amar como Él amó.

++Cuando unidos por la fe y el Amor de Jesús nos sabemos hermanos y nos comportamos como tales ayudándonos, compartiendo lo que somos y tenemos, ayudando a quienes más necesitan poyo y compañía, y lo sentimos presente entre nosotros porque estrecha nuestros lazos y nos anima a un mayor compromiso.

          Necesitamos que estos encuentros sean frecuentes y no sólo de vez en cuando. Nuestra fe es tan débil como la de Tomás porque deseamos ver y tocar por nosotros mismos y no sólo porque nos lo cuentan, aunque sabemos que no es posible, por eso Jesús le dijo a Tomás: “Dichosos los que crean sin haber viso

          3.- Sólo cundo nuestros encuentros con Jesús sean frecuentes y nuestra fe se vaya fortaleciendo podremos acoger y disfrutar los dos regalos más grandes que hace Jesús Resucitado a sus discípulos: La Paz y la Alegría. Dos regalos de los que los discípulos se sintieron llenos y con el corazón desbordado después de cada encuentro con Él, tal como siempre lo destacan al contarlo, y que harán que en nosotros se prolongue de forma permanente la fiesta de la Resurrección de Jesús.

          Sólo entonces sentiremos la necesidad de ser testigos y contar lo que hace Jesús en nosotros y a través de nosotros, cumpliendo así el encargo que, como discípulos, también nos hace a nosotros.

          Con nuestra fe fortalecida y compartida podremos escuchar que Jesús nos llama dichosos porque creemos sin haber visto.

          FELIZ PASCUA

JESÚS VIVE!!!!!

DOMINGO DE RESURRECCIÓN CICLO A

Domingo 12 de Abril 2020

REFLEXIÓN

          1.- ¡¡¡JESÚS VIVEEEE!!!! ¡¡¡HA RESCUCITADO!!!

          Ese es el grito de todos los cristianos en este día de Resurrección porque queremos proclamar al mundo nuestra Fe y nuestra alegría. Creemos que todo cuanto dijo Jesús es verdad y se cumple en su Resurrección: Ha vencido la muerte, ha vencido el pecado y ha vencido a sus enemigos; ha llenado el mundo de Vida.

          Su Resurrección es el comienzo de una Vida Nueva que hemos recibido en el Bautismo como un regalo de Amor con el que Dios ha querido hacernos participar de su propia Vida. Un regalo que es una semilla que debemos cuidar para que crezca cada día por medio de nuestra relación con Él en la Oración, la escucha y la reflexión de su Palabra, la participación frecuente de los Sacramentos.

          Una Vida Nueva que debemos proteger de todo mal, de todo peligro y de todo pecado, apartándonos de todo lo que nos aleja de Dios y nos hace comportarnos como al Señor no le gusta.

Que se tiene que manifestar en nuestras palabras y nuestras obras porque vivir el Bautismo es renunciar a cuanto nos aparta de Dios y hacer presente su Amor y su Bondad en todo momento y en todo lugar.

          Una Vida Nueva que nos ha de mantener llenos de Alegría porque somos hombres nuevos llenos de fuerza y esperanza. Porque un cristiano triste es un triste cristiano que no contagia nada.

          2.- Creer en la Resurrección es también aceptar la Misión de Evangelizar, de hacer discípulos de Jesús en todos los rincones de la tierra, de Enseñar todo lo que Él nos ha enseñado, de llenar el mundo de Esperanza porque si somos Hombres Nuevos con nuestras obras podemos construir un Mundo Nuevo, un mundo de amor, de libertad, de respeto a la vida, de justicia, de paz.

          Creer en la Resurrección nos compromete a ser como los primeros discípulos: Salir a las calles sin avergonzarnos de que somos cristianos, hablando sin miedo de Jesús, de lo que creemos y de lo que hacemos por el bien de los demás, de contar a los demás lo importante que es Dios para nosotros y lo mucho que aporta a nuestras vidas. Y a quien nos quiera escuchar animarle a que se una a nosotros a hacer realidad el Proyecto del Reino, que es el proyecto de Jesús.

          3.- Si a lo largo de la Cuaresma hemos vivido con actitud de conversión, si hemos ido resucitando un poco avivando nuestra fe y nuestro deseo de ser mejores, si con nuestros pequeños o grandes compromisos y sacrificios hemos dejado a un lado lo malo y hemos crecido en lo bueno, aprovechando la oportunidad que nos ofrece el confinamiento  mejorando la vida familiar, la convivencia, la generosidad, la colaboración, la solidaridad, y la necesidad de Dios porque nosotros solos no podemos hacer nada, alegrémonos de estar participando de la Resurrección de Jesús. Y si no ha sido así no olvidemos que siempre es tiempo de gracia y de salvación, porque camina a nuestro lado todos los días de nuestra vida.

          FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN

SÁBADO SANTO

SÁBADO SANTO CICLO A

Sábado 11 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- PESA SOBRE EL MUNDO EL SILENCIO DE DIOS.

+Dios ha muerto, los hombres lo han matado, y ese silencio pesa sobre la conciencia del mundo como una enorme losa que llena de oscuridad y desasosiego en quienes, alejados de Dios, no escuchan su Voz ni creen en sus Promesas.

+Hay situaciones en nuestra vida en las que experimentamos ese silencio y oscuridad, pero, a pesar de todo, es un día abierto a la esperanza de la Resurrección.

+Es un día de Templos cerrados, de Ausencia de Celebraciones, y de espera a que llegue la hora anunciada.

+Jesús resucitado ilumina la oscuridad del sepulcro y llena de alegría a los discípulos que le ven y le tocan resucitado. Esa Luz y esa Alegría es el motivo de nuestra esperanza.

+Hagamos revisión de cómo hemos vivido la Cuaresma; si ha sido un camino de purificación, desprendimiento, conversión, esfuerzo sacrificado para alejar de nuestras vidas cuanto nos aparta de Dios, y en la misma medida si hemos ido revitalizando poco a poco la Vida de Resucitados que recibimos en el Bautismo y nos hemos ido preparando a la celebración de la Pascua compartiendo con Jesús su misma Resurrección.

          2.- EL SILENCIO DE MARÍA, que es un silencio distinto al de Jesús.

+De Ella tenemos muy pocas palabras en los Evangelios; tan sólo para decir:” Aquí está la esclava del Señor; que se haga en Mí Tu Palabra” y en otra ocasión para escuchar que nos dice:” Haced lo que Él os diga”.

+María escucha en silencio, sufre en silencio, obedece en silencio, acompaña en silencio… conservando y meditando en su corazón tantas cosas que no entiende, tanta preocupación y angustia en su corazón de Madre, tanta fidelidad a la Voluntad de Dios.

+María espera en silencio la Resurrección segura de que Jesús siempre hace lo que dice y promete.

+Unida al sufrimiento del Hijo, escucha dolorida y emocionada, al pie de la Cruz, como su Hijo la llama Madre y la encomienda al cuidado de Juan, el discípulo al que más ama, encargándole que Cuide como Madre a todos los hombres.

          3.- APRENDAMOS de María

+A guardar y meditar en nuestro corazón tantas situaciones de nuestra vida y tantos momentos en los que, de alguna manera que no sabemos explicar, hemos vivido la intensa experiencia de un encuentro personal con el Señor.

+Como Ella, estemos dispuestos a guardar silencio y a obedecer.

 

4.- Desde el silencio y la oración aprovechemos este día para pedir que aumente en nosotros el deseo de encontrarnos con Jesús Resucitado y celebrar con alegría que ya estamos participando de su Resurrección desde el Bautismo.

VIERNES SANTO

VIERNES SANTO CICLO A

Viernes 10 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          Os invito hoy a poner nuestros ojos en Jesús crucificado dejándonos atrapar por todo lo que Él pudo sentir y pensar en los últimos momentos de su vida, al mismo tiempo que hacemos el esfuerzo de ponernos en su lugar, mirarnos en Él como en un espejo contemplando nuestra vida, pensando cuáles son nuestros pensamientos y sentimientos y cuáles deberían ser.

          1.- EL SILENCIO DE JESÚS

+Silencio ante los malos tratos, humillaciones, desprecios, calumnias de los que fue objeto no sólo por las autoridades romanas sino también por su propio Pueblo.

+Silencio que nosotros no sabemos guardar porque gritamos, nos quejamos, nos rebelamos, reclamamos justicia y venganza, con el corazón lleno de amargura, de ira, de odio.

+Gritos de quejas, críticas, maledicencias, calumnias, descalificaciones, juicios y condenas hacia los demás, con las que queremos que el otro pague las ofensas que nos ha hecho.

          2.- PERDÓN

+Jesús perdona a todos incluso a quienes lo han condenado a muerte y lo han crucificado, disculpando sus acciones y su comportamiento, y lo hace estando clavado en la Cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

+Perdónalos. Perdón misericordioso, suprema expresión del Amor infinito de Dios, que ofrece gratuitamente a quienes son sus enemigos y a quienes lo han ejecutado.

+Perdón y Misericordia que nosotros no sabemos o no queremos tener hacia los demás porque nos creemos con derecho a impartir justicia, condenar y castigar por las injurias, humillaciones, desprecios y malos tratos que hemos recibido.

+Sin embargo rezamos el Padre Nuestro olvidando que pedimos al Padre que perdone nuestras ofensas porque también nosotros hemos perdonado a quienes nos han ofendido.

          3.- PERSONALIZAR

+Nuestros pecados, ofensas, malos hábitos, mediocridades… forman parte de las ofensas y malos tratos recibidos por Jesús a quien crucificamos cada día.

+Porque cada vez que nos olvidamos de que somos sus discípulos y le volvemos la espalda, le estamos traicionando.

+Las ofensas, desprecios, insultos, humillaciones … que hacemos a los demás, también se las hacemos a Él ya que todos somos imagen y semejanza Suya y porque quiso identificarse con nosotros especialmente con los que más sufren: “…Lo que hacéis a uno de ellos, a Mí me lo hacéis”.

+Pidamos humildad y espíritu de sacrificio para no perder la paz y la serenidad cuando recibimos ofensas, y aprender a perdonar como el Señor nos perdona.

+Pidamos también no olvidar que el Señor siempre nos ama por muy malos que seamos, y seamos agradecidos por su Amor.

          4.- SUGERENCIA

          Leer despacio el relato de la Pasión del Señor en cualquiera de los Evangelios. O leerla en la lectura en el Evangelio de hoy que también es la Pasión.

JUEVES SANTO

JUEVES SANTO CICLO A

Jueves 9 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          El Jueves Santo la Iglesia celebra tres cosas especialmente importantes para nosotros: La Institución de la Eucaristía, el Mandamiento del Amor y la Institución del Sacerdocio.

 

          1.- Al Instituir la Eucaristía Jesús quiere hacernos el regalo de quedarse siempre con nosotros, presente en las sagradas especies reservadas en el Sagrario, para que en cualquier momento podamos estar con Él y acudir a Él, porque nos está esperando con los brazos abiertos para darnos el abrazo de Padre amoroso lleno de ternura, para escucharnos, consolarnos, dejar que nos desahoguemos poniendo en sus manos nuestros agobios, cansancios, sufrimientos.

          Para compartir nuestras alegrías, iluminar nuestros momentos de oscuridad, cogernos de la mano para acompañarnos y guiarnos por el camino que quizá hemos perdido.

          No se cansa nunca de esperarnos y cuando acudimos para estar con Él, nada nos reprocha, nunca se queja de que se nos olvide que está ahí, siempre se alegra de nuestra presencia y compañía.

 

          2.- Jesús se hace Pan para que nosotros lo comamos, para alimentar y fortalecer nuestra Fe, para ensanchar nuestro corazón con su Amor, para hacerse una misma cosa con nosotros, transformarnos y ser nosotros Él en el mundo a través de nuestras palabras y nuestras obras.

Lo entendió y lo expresaba muy bien un niño de Primera Comunión que decía muy contento: “Así, cuando reciba a Jesús comiendo su Pan, mis besitos y mis abrazos serán abrazos y besitos de Jesús.”

 

3.- Porque al recibirle en la Comunión Jesús se hace una misma cosa con nosotros, celebrar la Eucaristía nos compromete:

+Nuestras palabras y nuestras obras son palabras y obras suyas, llenas de bondad y de misericordia.

+Nuestra vida ha de ser de entrega y servicio a los demás como fue la Suya, hasta perder la vida si es necesario, con generosidad y con alegría, siempre con una sonrisa.

+Nuestra entrega ha de ser también humilde y el servicio desinteresado, sin buscar protagonismo ni agradecimiento, como nos lo enseñó Él a lo largo de su vida, especialmente y de forma muy explícita al lavar los pies a sus discípulos, tarea que estaba reservada a los esclavos.

 

          4.- Al instituir el Sacerdocio quiso garantizar que su mandato de “Hacer lo mismo en su memoria” se cumpliera a lo largo de los siglos, llevando a cabo así su deseo y su promesa de estar siempre con nosotros, distribuir y hacer llegar la gracia de la Salvación a todos los rincones de la tierra.

          El Sacerdote, al cumplir con la misión que se le encarga, es la garantía de que se sigue proclamando y explicando la Palabra de Dios, se siguen celebrando y administrando los Sacramentos como cauces a través de los cuales se reparte la gracia de la Salvación a todos los hombres, y al recibir el encargo de Pastorear tiene la responsabilidad de mantener unida en el amor la comunidad de cristianos que se le ha encomendado garantizando que el Amor de Jesús llega a todos, especialmente a los que más sufren, a los más olvidados y excluidos, a los que por cualquier razón más necesitan ser amados.

 

          5.- Como apoyo para vuestra oración en estos días os sugiero leer el final del Evangelio de S. Juan a partir del cap.13

          Aprovechemos esta Semana Santa atípica para estar más tiempo con el Señor desde el silencio, la soledad (porque echamos de menos a la comunidad parroquial) y el sacrificio que a todos nos supone el aislamiento.

DOMINGO DE RAMOS

DOMINGO DE RAMOS CICLO A

Domingo 5 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- Con la Celebración de este Domingo comenzamos la Semana Santa a lo largo de la cual iremos celebrando, recordando y reviviendo los acontecimientos más importantes de la Vida de Jesús en los que tuvo su culmen el cumplimiento de la Promesa de Salvación que Dios hizo a los hombres después del primer pecado.

          Hoy recordamos, revivimos y celebramos la escena gozosa de la entrada solemne de Jesús en Jerusalén, aclamado por sus discípulos y el gentío como el Hijo de David, el Rey de Israel, el que llega en el Nombre del Señor; un gentío que bendice y alaba a Dios porque ha visitado a su Pueblo.

          Hemos de fijarnos también cómo ese pueblo que lo aclama y lo vitorea será el mismo que, días después, manipulado y presionado por las autoridades religiosas judías, pedirá a gritos su muerte acusándolo de traidor a Roma porque se proclama a sí mismo Rey y de blasfemo porque dice de sí mismo que es Hijo de Dios y por lo tanto merece la muerte.

          2.- La tradición cristiana considera, y no sin motivos, que el Pueblo Judío es el culpable de la Muerte de Jesús porque le ha traicionado ya que lo proclamaba Rey y Mesías y al poco lo llama revolucionario y blasfemo.

          Israel es un Pueblo de corazón duro que no ha querido escuchar ni hacer caso a las Palabras de Jesús y acoger su Mensaje de Amor y Salvación, y ha rechazado la presencia amorosa de Dios en la persona de Jesús de Nazaret.

          3.- Al leer el Evangelio hemos de mirarnos en la Palabra de Dios como en un espejo para reconocernos formando parte de ese pueblo que tiene una doble cara.

Acudimos a Jesús pidiéndole ayuda porque necesitamos de Él para superar momentos difíciles que superan nuestras fuerzas, para que cure nuestras enfermedades, nos ilumine cuando nos rodea la oscuridad y no sabemos qué hacer ni hacia donde caminar, cuando tenemos el corazón herido por tantas decepciones y fracasos. Y a la vez le volvemos la espalda cuando con soberbia y egoísmo nos consideramos autosuficientes, creemos que nos bastamos a nosotros mismos y no necesitamos de nadie ni siquiera de Él, cuando justificamos nuestros comportamientos a sabiendas que son contrarios al mensaje de Jesús, que son consecuencia de un corazón sucio y mal intencionado.

Cuando somos capaces de despreciar, humillar, hundir y destrozar la vida de los que nos rodean se lo estamos haciendo directamente a Jesús porque todos somos imagen suya, y Él mismo afirmó que cuanto hacíamos a cualquiera de los demás se lo estábamos haciendo a Él mismo.

4.- Hagamos examen de conciencia. Si tenemos un poco de tiempo leamos despacio la Pasión que narra el Evangelio de S. Mateo a partir del cap.26 y preparémonos a celebrar este año la Semana Santa, aunque sea de manera diferente que de costumbre.

 

MUERTE Y VIDA

DOMINGO V DE CUARESMA CICLO A

Domingo 29 de Marzo de 2020

REFLEXIÓN

          1.- Cercana ya la Semana Santa las lecturas nos van introduciendo en los últimos días de Jesús y este domingo nos hablan de la muerte y de la vida.

++La muerte de Lázaro, el amigo de Jesús, que deja tristes y consternados a sus hermanas y a sus amigos entre los que se encuentra Jesús.

          Nos ofrece también una de las escenas en las que se nos deja ver la cercanía y la ternura de Jesús que, compartiendo el sufrimiento de todos, se entristece y llora ante la muerte de su amigo.

+El gesto de Jesús resucitando a Lázaro. Gesto con el que quiere manifestar la ternura del corazón de Dios ante el sufrimiento de los hombres, y dar ocasión para que los testigos tengan motivo de creer en Él y en su mensaje y alaben y glorifiquen a Dios que realiza obras grandes en favor de los hombres.

 

++Indirectamente habla de la muerte de Jesús en la Cruz, que va a ser el acto de suma entrega por amor, con un gesto inaudito de misericordia perdonando a cuantos son, somos, responsables de sus sufrimientos y de su muerte, porque “no saben, sabemos, lo que hacen”.

+La Resurrección de Jesús, dando cumplimiento pleno a la promesa de salvación, venciendo a sus enemigos y a la muerte, manifestándose como triunfador y Señor de la vida verdadera que ofrece a todos los que creen en Él.

 

++También nos hace pensar en nuestra muerte, acontecimiento inevitable de nuestra vida que siempre queremos olvidar. Esa muerte que pone fin a nuestro paso por la tierra pero que pensar en ella debe servirnos de estímulo para defender y cuidar nuestra vida y la de los demás, para aprovechar cada ocasión para desarrollar nuestras cualidades, aprovechar cada situación y cada momento para disfrutarla y sobre todo para hacer felices a los demás repartiendo sin tacañería palabras y gestos de amor, de bondad, multitud de abrazos, besos y caricias de modo que todos se sientan amados, y construyamos así un entorno y un mundo de paz y fraternidad que tanto necesitamos.

+No podemos de ninguna manera dejar de pensar en nuestra propia resurrección.

          Si creemos que Jesús ha resucitado, también nosotros resucitaremos, viviremos para siempre, participaremos en plenitud de su salvación y de su gloria por toda la eternidad en esa morada que Él ha ido a prepararnos en la Casa del Padre.

          Pero mientras tanto, mientras dure nuestro paso por la tierra, hemos de ir resucitando cada día, dejando que Jesús cambie nuestro corazón, transforme poco a poco nuestra vida, nos modele a su imagen, y podamos vivir ya aquí en la tierra, aunque de manera incompleta, la Vida Nueva que Él nos promete y que viviremos en plenitud cuando lleguemos al cielo.

 

2.-Caminemos hacia la Pascua habiendo aprovechado este tiempo de Cuaresma para nuestra conversión y nuestra paulatina resurrección, con la alegría de que Jesús ha resucitado y nuestra esperanza de vivir con Él para siempre.

 

 

CIEGOS

DOMINGO IV DE CUARESMA CICLO A

Domingo 22 de Marzo de 2020

REFLEXIÓN

          1.- Más que en el milagro físico de sanar la ceguera de aquel hombre, Jesús nos ofrece la posibilidad de reflexionar sobre tantas cegueras con las que vivimos y de las que sólo Él nos puede sanar.

          Se me ocurre una reflexión a partir de la situación en la que nos encontramos en estos momentos:

          Un bichito (como dicen los niños) un virus microscópico pone en peligro a toda la humanidad, nos pone en el peligro de una destrucción masiva del hombre.

          Un bichito frente a la soberbia, el engreimiento y el endiosamiento del hombre que se cree un dios, dueño de la creación, capaz de decidir lo que está bien y lo que está mal, destructor de la casa común por intereses egoístas y económicos, capaz de dejar morir de hambre a millones de personas sin que le remuerda la conciencia y sin promover una movilización mundial para resolverlo, capaz de provocar guerras destructoras en las que mueren millones de personas por la única razón de querer mantenerse en el poder a cualquier precio.

          Un bichito que ante una pandemia de semejantes dimensiones provoca un choque entre países y multinacionales farmacéuticas para llevarse la gloria de haber dado con el medicamento y con la vacuna, y la propiedad millonaria de los fármacos, que puedan resolver la situación.

          Un bichito que todo lo puede destruir pone en jaque a todo el mundo.

          2.- Y ante todo esto estamos ciegos. Nuestra ceguera es peor que una ceguera física porque nos hace perder de vista que somos muy pequeños, muy débiles, muy poca cosa. Que no tenemos los medios suficientes, ni la capacidad intelectual suficiente ni siquiera para organizarnos bien y aprovechar bien todos los recursos de que disponemos.

          Dedicamos demasiado tiempo a echarnos culpas mutuamente por los errores cometidos, y desafiar de forma egoísta, y como si de algo gracioso se tratase, las normas impuestas para protegernos mutuamente del daño que nos podemos hacer.

          Demasiado preocupados por intereses de partido olvidando el bien común.

          Olvidamos, como hacemos tantas veces, lo que la S.E. y lo que Jesús nos repitió insistentemente: “Sin Mí no podéis hacer nada”. “Si el Señor no guarda la ciudad, en vano se cansan los centinelas”.

          3.- Quizá estamos ciegos para darnos cuenta de que este tiempo de confinamiento nos ofrece la posibilidad de recuperar cosas importantes que hemos perdido: la vida familiar, el diálogo, la colaboración, la paciencia, la generosidad, la comprensión. Una ocasión para conocernos más valorando lo bueno que tenemos cada uno y aprendiendo a aceptar y perdonar lo que nos disgusta ya que todos tenemos defectos y momentos de bajón. Adquirir el hábito de decir gracias, me gusta, por favor, lo siento.

          Quizá tampoco nos damos cuenta de que puede resultarnos más fácil encontrar tiempo para rezar, para leer la palabra de Dios, especialmente los pasajes de la pasión del Señor que nos ayudarán a vivir esta cuaresma y esta Semana Santa de otra manera. Tiempo para rezar en familia.

          El Señor está dispuestos a curar nuestras cegueras sin que se lo pidamos, como en el Evangelio de hoy, pero es preciso que nos acerquemos a Él y dejemos que haga el milagro.

Recemos, Recemos, Recemos. Pidamos que nos haga recuperar una mirada limpia.

          Pidamos que nos cure.