VIERNES SANTO

VIERNES SANTO CICLO A

Viernes 10 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          Os invito hoy a poner nuestros ojos en Jesús crucificado dejándonos atrapar por todo lo que Él pudo sentir y pensar en los últimos momentos de su vida, al mismo tiempo que hacemos el esfuerzo de ponernos en su lugar, mirarnos en Él como en un espejo contemplando nuestra vida, pensando cuáles son nuestros pensamientos y sentimientos y cuáles deberían ser.

          1.- EL SILENCIO DE JESÚS

+Silencio ante los malos tratos, humillaciones, desprecios, calumnias de los que fue objeto no sólo por las autoridades romanas sino también por su propio Pueblo.

+Silencio que nosotros no sabemos guardar porque gritamos, nos quejamos, nos rebelamos, reclamamos justicia y venganza, con el corazón lleno de amargura, de ira, de odio.

+Gritos de quejas, críticas, maledicencias, calumnias, descalificaciones, juicios y condenas hacia los demás, con las que queremos que el otro pague las ofensas que nos ha hecho.

          2.- PERDÓN

+Jesús perdona a todos incluso a quienes lo han condenado a muerte y lo han crucificado, disculpando sus acciones y su comportamiento, y lo hace estando clavado en la Cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

+Perdónalos. Perdón misericordioso, suprema expresión del Amor infinito de Dios, que ofrece gratuitamente a quienes son sus enemigos y a quienes lo han ejecutado.

+Perdón y Misericordia que nosotros no sabemos o no queremos tener hacia los demás porque nos creemos con derecho a impartir justicia, condenar y castigar por las injurias, humillaciones, desprecios y malos tratos que hemos recibido.

+Sin embargo rezamos el Padre Nuestro olvidando que pedimos al Padre que perdone nuestras ofensas porque también nosotros hemos perdonado a quienes nos han ofendido.

          3.- PERSONALIZAR

+Nuestros pecados, ofensas, malos hábitos, mediocridades… forman parte de las ofensas y malos tratos recibidos por Jesús a quien crucificamos cada día.

+Porque cada vez que nos olvidamos de que somos sus discípulos y le volvemos la espalda, le estamos traicionando.

+Las ofensas, desprecios, insultos, humillaciones … que hacemos a los demás, también se las hacemos a Él ya que todos somos imagen y semejanza Suya y porque quiso identificarse con nosotros especialmente con los que más sufren: “…Lo que hacéis a uno de ellos, a Mí me lo hacéis”.

+Pidamos humildad y espíritu de sacrificio para no perder la paz y la serenidad cuando recibimos ofensas, y aprender a perdonar como el Señor nos perdona.

+Pidamos también no olvidar que el Señor siempre nos ama por muy malos que seamos, y seamos agradecidos por su Amor.

          4.- SUGERENCIA

          Leer despacio el relato de la Pasión del Señor en cualquiera de los Evangelios. O leerla en la lectura en el Evangelio de hoy que también es la Pasión.

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