SÁBADO SANTO

SÁBADO SANTO CICLO A

Sábado 11 de Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- PESA SOBRE EL MUNDO EL SILENCIO DE DIOS.

+Dios ha muerto, los hombres lo han matado, y ese silencio pesa sobre la conciencia del mundo como una enorme losa que llena de oscuridad y desasosiego en quienes, alejados de Dios, no escuchan su Voz ni creen en sus Promesas.

+Hay situaciones en nuestra vida en las que experimentamos ese silencio y oscuridad, pero, a pesar de todo, es un día abierto a la esperanza de la Resurrección.

+Es un día de Templos cerrados, de Ausencia de Celebraciones, y de espera a que llegue la hora anunciada.

+Jesús resucitado ilumina la oscuridad del sepulcro y llena de alegría a los discípulos que le ven y le tocan resucitado. Esa Luz y esa Alegría es el motivo de nuestra esperanza.

+Hagamos revisión de cómo hemos vivido la Cuaresma; si ha sido un camino de purificación, desprendimiento, conversión, esfuerzo sacrificado para alejar de nuestras vidas cuanto nos aparta de Dios, y en la misma medida si hemos ido revitalizando poco a poco la Vida de Resucitados que recibimos en el Bautismo y nos hemos ido preparando a la celebración de la Pascua compartiendo con Jesús su misma Resurrección.

          2.- EL SILENCIO DE MARÍA, que es un silencio distinto al de Jesús.

+De Ella tenemos muy pocas palabras en los Evangelios; tan sólo para decir:” Aquí está la esclava del Señor; que se haga en Mí Tu Palabra” y en otra ocasión para escuchar que nos dice:” Haced lo que Él os diga”.

+María escucha en silencio, sufre en silencio, obedece en silencio, acompaña en silencio… conservando y meditando en su corazón tantas cosas que no entiende, tanta preocupación y angustia en su corazón de Madre, tanta fidelidad a la Voluntad de Dios.

+María espera en silencio la Resurrección segura de que Jesús siempre hace lo que dice y promete.

+Unida al sufrimiento del Hijo, escucha dolorida y emocionada, al pie de la Cruz, como su Hijo la llama Madre y la encomienda al cuidado de Juan, el discípulo al que más ama, encargándole que Cuide como Madre a todos los hombres.

          3.- APRENDAMOS de María

+A guardar y meditar en nuestro corazón tantas situaciones de nuestra vida y tantos momentos en los que, de alguna manera que no sabemos explicar, hemos vivido la intensa experiencia de un encuentro personal con el Señor.

+Como Ella, estemos dispuestos a guardar silencio y a obedecer.

 

4.- Desde el silencio y la oración aprovechemos este día para pedir que aumente en nosotros el deseo de encontrarnos con Jesús Resucitado y celebrar con alegría que ya estamos participando de su Resurrección desde el Bautismo.

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