ENCUENTROS

DOMINGO II DE PASCUA CICLO A

Domingo 19 d Abril de 2020

REFLEXIÓN

          1.- La fe de los discípulos en Jesús Resucitado era muy débil. Tenían miedo, dudas, prejuicios. Estaban anclados en sus ideas distintas sobre el Reino del que hablaba Jesús. Necesitaron muchos encuentros con Jesús resucitado para que su fe se fuera fortaleciendo y se fueran convenciendo de que era verdad que Jesús estaba vivo, estaba con ellos, podían hablar con Él, tocarlo y siempre les regalaba paz y alegría.

          Poco a poco esos encuentros con Jesús les fueron abriendo la inteligencia y el corazón para que entendieran las Escrituras, para ser conscientes de que ellos eran los que podían hablar con autoridad de lo que sabían de Jesús porque habían sido testigos de todo: de su vida, de su muerte, de su resurrección. Y que ser testigos y contar a todo el mundo lo que sabían y habían vivido era el encargo que Jesús les hacía.

          Tomás es el ejemplo más claro de lo que sentían todos los discípulos y sobre todo el más tozudo, hasta que cayó derrodillas ante Jesús y le reconoció Resucitado, como su Dios y Señor.

          2.- Nosotros somos como aquellos primeros discípulos. Nuestra fe es débil y necesitamos muchos encuentros con Jesús, tanto personales como junto con la comunidad.

++Encuentros personales con Jesús a través de la oración, la escucha de la Palabra, la celebración de los Sacramentos especialmente la Eucaristía y la Confesión.

++Encuentros con Jesús cuando nos reunimos con nuestra comunidad para orar juntos y compartir lo que la Palabra nos ha dicho a cada uno, celebrar la Eucaristía como una Fiesta en la que el Señor fortalece nuestra fe y ensancha nuestro corazón al convertirse en Pan para que lo comamos y hacerse una misma cosa con nosotros y hacernos capaces de Amar como Él amó.

++Cuando unidos por la fe y el Amor de Jesús nos sabemos hermanos y nos comportamos como tales ayudándonos, compartiendo lo que somos y tenemos, ayudando a quienes más necesitan poyo y compañía, y lo sentimos presente entre nosotros porque estrecha nuestros lazos y nos anima a un mayor compromiso.

          Necesitamos que estos encuentros sean frecuentes y no sólo de vez en cuando. Nuestra fe es tan débil como la de Tomás porque deseamos ver y tocar por nosotros mismos y no sólo porque nos lo cuentan, aunque sabemos que no es posible, por eso Jesús le dijo a Tomás: “Dichosos los que crean sin haber viso

          3.- Sólo cundo nuestros encuentros con Jesús sean frecuentes y nuestra fe se vaya fortaleciendo podremos acoger y disfrutar los dos regalos más grandes que hace Jesús Resucitado a sus discípulos: La Paz y la Alegría. Dos regalos de los que los discípulos se sintieron llenos y con el corazón desbordado después de cada encuentro con Él, tal como siempre lo destacan al contarlo, y que harán que en nosotros se prolongue de forma permanente la fiesta de la Resurrección de Jesús.

          Sólo entonces sentiremos la necesidad de ser testigos y contar lo que hace Jesús en nosotros y a través de nosotros, cumpliendo así el encargo que, como discípulos, también nos hace a nosotros.

          Con nuestra fe fortalecida y compartida podremos escuchar que Jesús nos llama dichosos porque creemos sin haber visto.

          FELIZ PASCUA

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