CONTEMPLAR LA CRUZ

VIERNES SANTO CICLO A

Viernes 4 de Abril de 2017

REFLEXIÓN

         1.- La Celebración de hoy nos invita a  poner nuestros ojos y contemplar a Jesús crucificado.

+A Jesús desnudo, despojado de todo y abandonado por todos incluso de sus amigos más íntimos.

+A Jesús despojado de su condición divina para hacerse uno de nosotros. Maltratado, humillado, herido.

+No dejó de amar en ningún momento, incluso a quienes lo condenaron y crucificaron. No guardó rencor ni quiso venganza  y así lo manifestó: “Padre perdónalos. No saben lo que hacen”.

+Ese es el Dios en quien creemos.

 

         2.-Hay un enorme contraste con nosotros

+No queremos que nadie pisotee nuestra dignidad.

+No queremos perder nuestra imagen.

+Nos avergüenza vivir, vestir, comer… de forma sencilla. Queremos ser siempre estilosos.

+No queremos que se rían de nosotros.

+Defendemos con toda energía nuestra autoridad, nuestro poder, nuestras posesiones, nuestra comodidad, nuestro dinero.

+Buscamos premios, medallas, aplausos, recompensas.

+Quizá guardamos rencor y sentimientos de venganza. No sabemos o no queremos perdonar.

 

         Preguntémonos:

+¿Soy capaz, sería capaz, de aceptar, de consentir que me trataran como a Jesús?

+¿Estoy dispuesto a sufrir burlas, desprecios, o si fuera el caso persecución por ser cristiano?

+¿Reacciono con enfado, con rebeldía, cuando me siento arrinconado, humillado, ignorado…?

+¿Soy capaz de perdonar o prefiero mantener mis sentimientos de rencor y mis ganas de venganza?

 

         3.- Contemplando la Cruz veamos a Jesús desnudo y crucificado en tantos hermanos nuestros:

+Cristianos perseguidos por el hecho de serlo.

+Adultos y niños víctimas de las guerras, la violencia, el terrorismo… y siempre sin justificación.

+Los despojados de su dignidad porque viven en la calle, o son esclavos del alcohol, de la droga, del sexo… Sin trabajo, sin comida, sin vivienda digna…

+Emigrantes y refugiados que huyen de la guerra y de la miseria, que mueren por el camino, que encuentran las puertas cerradas…

+Enfermos y ancianos abandonados, solos, descuidados…

 

         Preguntémonos:

+¿Soy capaz de reconocer en ellos el rostro de Jesús porque, como yo, son imagen y semejanza suya?

+¿Los reconozco como hermanos? ¿Paso de  largo, cierro los ojos porque me molestan o no quiero encontrarme en una situación comprometida?

+¿Dónde está que seamos Jesús amando con un amor sin medida?

 

 

         Hoy, mañana, pasado, cada día… no dejemos de contemplar a Jesús crucificado, despojado de todo, abandonado por todos.

         Pensemos en cómo somos y cómo deberíamos ser.

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