CODICIA

DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

Domingo 4 de Agosto de 2019

REFLEXIÓN

          1.- Todo el mensaje de las lecturas de hoy puede resumirse en dos afirmaciones. La primera es de Jesús: “Guardaos de toda clase de codicia”.

          La codicia es una palabra fea. Si pensamos en nosotros quizá digamos rápidamente: Creo que no soy codicioso. Pero si nos detenemos un poco descubriremos muchas cosas.

++Tenemos la preocupación de ganar dinero y de ahorrar por si acaso lo necesito en un futuro, porque nadie sabe lo que puede pasar. Pero a veces esa preocupación se convierte en obsesión

+Cuanto más gane más cosas podré tener, mejor vida podré llevar, más caprichos me podré permitir, podré tener una casa mejor, un chalet para el verano, vestiré mejor…

+Para tener más tengo que trabajar más. Y cuantas más horas dedico al trabajo, menos cuido mi salud, me canso más y descuido otras cosas de mi vida que no son trabajar…

++Esa obsesión por trabajar para tener más me quita tiempo para dedicarlo a mi familia: No veo a mis hijos, porque cuando llego a casa ya duermen, no tengo tiempo para estar con ellos, para hablar con ellos, conocerles mejor, saber cuáles son sus preocupaciones, sus gustos, lo que les interesa…. Al final no conozco a mis hijos.

          No tengo tiempo para hablar con mi mujer (o mi marido) porque sólo quiero descansar, que no me agobie con más problemas, estar sólo… y como resultado mi matrimonio, mi vida familiar, se va estropeando, rompiendo y puede llegar a un punto que no se pueda arreglar.

++Lo que estoy haciendo para vivir mejor y ser más feliz está sirviendo para todo lo contrario: Tengo miedo a que un día pueda perder lo que tengo, se venga abajo el negocio, tenga un gran fracaso… Vivo con angustia, con preocupación.

++Estoy haciendo daño a los demás. Quizá no pago un salario justo y exijo mucho a quienes trabajan para mí. Se provocan envidias, humillaciones, rencores, enfrentamientos…

++Por tanta codicia se rompen las relaciones familiares a causa de la herencia, el reparto de bienes, no querer compartir y ayudar al que tiene menos o tiene una situación económica más débil…

          Por todo eso dice el Señor: GUARDAOS DE TODA CODICIA.

          2.- La segunda afirmación la hemos escuchado a S. Pablo: “Buscad los bienes de arriba, no los de la tierra”. Y así recuerda y reafirma lo que dice Jesús: “Cuando te mueras, todo eso no te lo vas a llevar. ¿Quién se lo va a quedar? ¿Cómo lo van a usar? ¿Ha valido de algo tanto trabajo, tanto esfuerzo, tantos miedos…? ¿Ha valido la pena romper la familia, las relaciones familiares, las envidias, los enfrentamientos…? ¿Has sido más feliz?

          El Señor es el dueño de la vida, Él nos la ha regalado para ser felices, para hacer el bien y hacer felices a los demás. Cuando el Señor nos llame a su presencia y nos pida cuentas de lo que hemos hecho, a lo mejor le presentamos nuestras manos vacías.

          Busquemos los bienes de arriba, esos que nacen del Amor que el Señor ha sembrado en nuestro corazón, que nosotros hemos de cuidar y procurar que de fruto abundante. Esos bienes que nadie nos podrá quitar

Marcar el enlace permanente.