DOMINGO IV DEL TIEMPO DE ADVIENTO CICLO A
Domingo 18 de Diciembre de 2016
REFLEXIÓN
1.-En esta última semana de Adviento, la Palabra de Dios pone ante nosotros la figura de S. José. Le vemos totalmente desconcertado:
+No entiende nada de lo que está ocurriendo. Está hecho un lío. No sabe qué pensar ni cómo actuar.
+Cuando Dios le habla y le dice lo que quiere de él, se asusta aún más porque piensa en las complicaciones y en las situaciones difíciles en las que se puede encontrar atrapado.
+Su vida cambia totalmente. No puede llevar a cabo sus planes y sus proyectos. Ha de estar dispuesto a dejarse llevar y colaborar en los planes y proyectos de Dios que no conoce.
+La palabra que resume todo lo que ha de hacer es ACOGER. Acoger a María y a su Hijo y cuidarlos, porque todo lo que está ocurriendo es cosa de Dios. Acogerles pase lo que pase.
2.- José es un hombre de fe, humilde y de una confianza ciega en Dios. Siempre a la escucha. Siempre dispuesto a decir SI como María.
A José la fe le lleva:
*A entrar de lleno en el misterio de Dios y dejarse atrapar por El.
*Caminar en la dirección que Dios le indica sin saber a dónde le llevará.
*Pensar en María y en Jesús, olvidándose de sí mismo, siempre dispuesto a cuidarlos y ayudarles en lo que Dios les va pidiendo.
*No pedir explicaciones y decir siempre SI sin esperar nada a cambio y con la alegría de que su gran premio es saber que Dios cuenta con él y se fía de él.
3.- Nosotros nos parecemos a José porque muchas veces nos sentimos confundidos y desorientados al no saber qué quiere Dios de nosotros y cómo hemos de actuar. Por eso hemos de aprender de él:
*A confiar siempre en Dios con la seguridad de que lo que nos pide es lo mejor para nosotros y para los demás.
*A aceptar que el Señor sea lo más importante de nuestra vida.
*A estar al servicio de los demás aunque nos tengamos que olvidar de nosotros mismos, con la alegría de saber que el Señor cuenta con nosotros y se fía de nosotros.
*Y a ser tan humildes como él: Estar en segundo plano dejando que el Señor sea el verdadero protagonista y el centro de atención de todo y de todos.
En el silencio dela oración y en presencia del Señor pidámosle que hagamos lo posible para que sea Él el centro de atención de todo y de todos siempre pero especialmente en estas fiestas.