TODO PUEDE CAMBIAR

VIGILIA PASCUAL Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN CILCLO B
4 y 5 de Abril de 2015
REFLEXIÓN
         1.- Las mujeres que acuden al sepulcro, al igual que los discípulos, están hundidas en la tristeza, la soledad; y con la sensación de fracaso por la muerte de Jesús.
         Han perdido al Amigo, al Maestro. Y también han perdido todas las esperanzas de ver hecho realidad el Reino del que tantas veces habían oído hablar a Jesús.
         El ángel les anuncia que Jesús ha resucitado. Que lo comuniquen a los demás discípulos y a Pedro. Que vayan a Galilea y allí le verán.
 
         2.- Aquellas mujeres me recuerdan a tantos hombres y mujeres de hoy que están hundidos en la tristeza, el desánimo, el fracaso. Hundidos porque como Jesús están sufriendo persecución y muerte por ser sus discípulos; o porque por otras muchas razones son humillados, despreciados, ninguneados, maltratados… y han perdido la esperanza de que las cosas vayan mejor.
         Parece que el poder del mal se ha apoderado del mundo y del corazón de muchos hombres, especialmente de quienes tienen más poder.
         Pero al igual que entonces, al amanecer del tercer día, oímos un anuncio que puede cambiar nuestra vida: ¿Buscáis al nazareno crucificado? Ha resucitado!!!
         Su resurrección es el triunfo sobre todos los poderes del mal, sobre la maldad de los corazones, sobre sus enemigos, sobre toda injusticia, sobre la muerte.
         Su resurrección es un grito de alegría y esperanza. Jesús ha cumplido su promesa. Todo puede ser diferente. Todo puede cambiar.
         Su resurrección es el triunfo de la vida. Es su Reinado  en el corazón de quienes creemos en El. Es  una Luz en la oscuridad y una fuente d alegría.
 
         3.- Nuestra fe en la Resurrección es aceptar una misión y asumir un compromiso en nuestra vida:
* La misión es como la de las mujeres: Id y decidlo a los discípulos. Gritadlo a todo el mundo , a todo el que lo quiera escuchar, a todo el que ha perdido la alegría y la esperanza.
         Jesús ha resucitado; y si creemos en El todo puede cambiar. Todo puede ser diferente.
* Y el compromiso de vivir en todo momento como hombres nuevos, como resucitados.
         Nuestra fe renovada y fortalecida,  porque resucitar es apartar de nosotros todo egoísmo, todo interés personal, todo orgullo. Alejar cualquier pretensión de dejarnos arrastrar por el poder, el dinero, la comodidad.
         Nuestra vida, identificada con la de Jesús resucitado, tiene que ser una vida de amor y de servicio, no según nuestros gustos sino según las necesidades de los demás.
         Tiene que ser una sonrisa permanente y un grito de esperanza. Tiene que ser una fiesta.
 
         Anunciemos sin miedo que Jesús ha resucitado. Vivamos todos los días como resucitados y hagamos creíble que una forma nueva de vivir y un mundo nuevo puede ser realidad.
         Demos gracias al Señor por nuestra fe y pidámosle serle files todos los días de nuestra vida.

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