BANQUETE

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

Domingo 11 de Octubre de 2020

REFLEXIÓN

          1.- Puede resultarnos más fácil entender esta parábola si nosotros nos ponemos de protagonistas en la situación que Jesús describe:

++Celebramos un acontecimiento importante de nuestra vida preparando un banquete al que invitamos a toda la gente con la que queremos compartir nuestra alegría.

++Recibimos diferentes respuestas:

+La de quien se siente emocionado por el acontecimiento y feliz de compartir nuestra alegría. La de quien asiste por quedar bien. La de quien pone escusas y nos hace sentirnos tristes y decepcionados.

++Hay diferentes actitudes y comportamientos:

+El que participa de un encuentro de amistad, de ilusión, de alegría por encontrarse con tantos conocidos… El que viene a pasarlo bien despreocupándose de los demás y sin relacionarse con el resto de invitados. El que bebe demasiado, molesta y crea situaciones desagradables y quizá ofensivas, dando motivos para ser excluido.

++El que sabe disfrutar de la fiesta y de la alegría y agradece sinceramente la invitación.

          2.- Así el Señor prepara para nosotros el banquete de la Eucaristía para celebrar su Resurrección, su triunfo sobre el pecado y la muerte, y al que todos estamos invitamos para poder participar de una Vida Nueva.

++Hay diferentes respuestas y actitudes:

+La del que se acerca a la Eucaristía con la alegría de poder participar de la Fiesta en un encuentro de fraternidad, de buenos sentimientos, de amistad, de felicidad.

+El que asiste por cumplir, para quedar bien con el Señor y dar buena imagen a los demás.

+El que pone escusas: no tengo tiempo, estoy cansado, tengo trabajo, estoy de viaje… y no valora la importancia de la Eucarsitía, autoexcluyéndose de la celebración y la fiesta.

+El que no acude con la actitud debida, no va preparado, no tiene limpio el corazón, pasa el tiempo hablando, no prestando atención ni interés, molestando a los demás…

+El que sabe agradecer al Señor el gran regalo de la invitación y de la comunión en la que podemos participar no sólo los domingos sino también cualquier día de la semana.

          3.- Después de esta reflexión podemos preguntarnos:

+¿Qué importancia tiene para nosotros la Misa? ¿Qué importancia le damos a recibir la Comunión?

+¿Con qué actitud venimos?

+¿Cuántas veces ponemos excusas y decepcionamos al Señor?

+¿Nos sirve la Misa para estar más cerca del Señor, sentirnos más unidos a Él y con más fuerzas para ser mejores?

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